El morral se aliviana.
El cielo espera la fuga,
teje destinos cada vez más imprudentes.
La luna se abre, ofreciendo enigmas.
La resurrección se desprende
del rosario de cruces.
Perfil y sombra con grafitos nuevos.
Ni una sola respuesta,
soy yo la que pregunto,
la que revuelvo todo.
Nadie aguarda un dictamen que no existe.
Abro la bolsa
que fusila a la negra confianza del universo.
Paraguas,
corpiño,
té de boldo,
sacarina,
abono
y una pila de impuestos sellados con sangre.
Incongruente póliza vencida,
espera su viaje al cinturón ecológico.