jueves, 24 de marzo de 2011

Pero los pensamientos quedarán...


Tenía 15 años cuando se produjo el golpe.
Las monjas del colegio donde cursaba la secundaria se alegraron de que al fin se terminara con tanto desorden y que el encargado de establecer esa nueva disciplina fuera Videla, un asiduo concurrente a misa.
Mi familia no se puede definir como politizada, nunca lo fue.
Vivía en Ciudadela, lejos de los comentarios de los que estaban más informados.

Pero a los 21, por 1982 empecé a trabajar con gente que estaba relacionada con ese mundo tan desconocido para mí.
Marina mi compañera era la mujer de Facundo Arteaga, esperando la salida de su marido, preso durante cinco años por ser hermano de Benito Arteaga, uno de los dirigentes más importantes del PRT. A ella la habían detenido y la liberaron después de patear su vientre, donde ya existía su primer hijo.
Otra compañera, Mónica, perdió a su hermano Juan Pablo Maestre en julio de 1971en un enfrentamiento, su cuñada Mirta Misetich, seguía desaparecida, además tenía un hermano exiliado con toda su familia.
Susana fue detenida junto a su hija, Marina y su pareja, Rubén Kriscautzky. A ellas las liberaron después de horas de sufrimiento. Rubén se encuentra desaparecido.
Gloriana contando el exilio de su padre Armando Tejada Gómez.
Y después supe que la compañera de primaria de mi hermana Teresita, se había exiliado junto a su padre Leónidas Lamborghini.

Y comenzó una empatía con cada uno de aquellos que habían perdido la vida, un ser querido, la alegría, pensando en luchar por el bien común.
Admiración, curiosidad por saber que hubiera resultado si esos soñadores no hubieran muerto.

Com dice León Greco (ese hombre que representa a la solidaridad con toda su excelencia)

Gente que avanza se puede matar
pero los pensamientos quedarán.

Que así sea.